:: María Claudia Peña ::

Segundo globo (1987)

Selección

DOS PUNTOS

Silencio
quietud
armonía de la nada
la noche y yo (dos puntos):
Soledad

PARA UN CUERPO

Voy a dejarle a la óptica,
el carnina para regalarme un poema.
He borrado la razón, partícula ínfima de abstracción.
Me doy a mi cuerpo, receptor de sensaciones,
al viraje oculto, subconsciente,
a las líneas decoradas por alfabeto,
o mayúsculas al terminar estrofas;
sin que mi entrega facilite
el destierro de mi mente,
y ofrezca al volumen
un poema sin sentido,
abierto. Limpio de sorpresas.

ASÍ SOY NUESTRA:

A Javier Alfonso Rodríguez
(1, 2, 3)

No se fija más que tu imagen
en el espacio libre de mi mente
—ni la oscura distancia para interrumpirte—.
Te mueves constante,
sin mañana intimidando tu fuerza,
sin ideal derrumbando tu forma.
Eres la textura envolviendo
la real elocuencia de mis palabras:
                                          impresiones.
Eres fracción de signos imaginados;
los cuales adquiero y conformo en poema,
en medida sosteniendo mi voz.

Sensaciones impresas,
sin haber dimensión
para desvanecerlas;
anulando mi hora de partida,
esbozo de momentos,
cuando solos se articulan mis dedos:
                                                                así soy nuestra:
       No se fija más que tu imagen
       en el espacio libre de mi mente
       —ni la oscura distancia para interrumpirte—.

DIOS?

ESPEJISMOS

Sólo puedo expresarme en lejanías
pues soy nuestra y estás ausente.

Plagiándonos; converso con sombras,
y abusando de su negligencia, obedientes,
se apropian de un muro:
Te pintan todo y a mí, muy cerca.

En confidencia con la luz
nos proyectan movimiento:
Tu negrura nuevamente
sobre mi forma de ansiedades.
Fragmentos claros, que se aventuran
hacia nosotros y se despiden
                          y esta oscuridad responde
                          y esa claridad se manifiesta
                          y somos movimiento:
       sombra, y penumbra de cuerpos al desplazarse.

Matices grises
te confirman y me nombran,
en este juego irreal de fluorescencia,
al escaparse el humor
y delatarnos en presencia.

INTENTAR EL NEGRO

Es un color de memorias
el que tonaliza mi alma,
al seguirla enumerando
en texturas y en formas
en lineas que me nombran
alrededor de figuras.

      Cómo enumerar el negro
      cómo hablar de negro
                                                 de toda sombra,
                                                 cómo puedo, hablar de mí.

ENTRE LA FORMA Y LA MEMORIA

Tengo previsto en la memoria,
en el auge actual de mis sombras
fragmentos de cultura y obsesiones:
                                               únicamente en la memoria.
Delimitado por desvelos
en moldes y relojes,
por acciones de palabras
ordenadas en juicios,
                                    el cuerpo:
                                                      limitada la memoria.
Dimensiones en rojo, en humo,
realidades en vueltas, en desorden.
La abstinencia del tiempo,
su sonido inadecuado.
La letanía de mis brazos:
                                            los brazos.